13 may 2010
Silencio
La noche es silenciosa en la comodidad de su silla, frente a un desordenado mueble, mirando embelesado una pantalla frente a él. Piensa cosas pasadas, nostalgia inmediata, la cual se acompaña de esperanzas lejanas, anhelos distantes, tan distantes como aquel resplandor de las luces titilantes que admira a través del reflejo del transparente cristal que tiene enfrente. De vez en cuando divaga un rato, aburrido por estar sentado frente a su computadora, por lo que parece buscar algo en aquellos destellos ante él. " La ciudad es más bonita de noche" piensa.
A días gusta de salir a su azotea, respirar aire, fijar la vista al extenso horizonte, mirar aquellos lujosos rascacielos, sonreír mientras piensa en ella. Porque sabe que ella está en algún lugar de esa gran trama de luces la cual llama hogar. La busca con la mente, no la encuentra, decide descalzarse y estirar los pies. Días ajetreados, noches claras.
No puede negar que de vez en vez ella le roba una sonrisa, una palabra, un suspiro. Piensa que en su vida tal vez no encuentre otra igual: inteligente, poeta, apasionada, amorosa, ...única. Tontamente sonríe, esperando que a ella llegue esa sonrisa.
Miradas al techo en repetidas ocasiones, pues a ratos tiene ansias irreprimibles de verla, de tocar su cabello, de oler su perfume, que para él es su droga, su deseo.
Le imagina recostada en su cama, sentada en su escritorio, jugueteando en su celular...
Descubre que él sabe de ella; sentimientos encontrados que se transforman en anhelo lejano y pensamiento distraido. Peca de ser distraido y penoso, pero puede que eso lo haga ser como es. Pues hay gente alegre y risueña, que no le pide nada a nadie, gente triste distraida y melancólica, de ojos llorosos y vista caída; los hay impacientes y activos, fríos y distantes, amigos y hermanos, los hay todos tipos y variedades; los hay idiotas, idealistas y amorosos, los hay enamorados y afligidos, y existe gente feliz, etc. En fin, no sobra gente. Piensa que todos somos algo en parte de los demás, que hay los que llegan a cambiar la vida de alguien. Todos llegamos a ser parte de todos, pues todos somos algo de los demás alguna vez en nuestra vida, pues sabe que ella es parte de él.
Regresa la imagen de ella en su cuarto. Se pregunta qué estará haciendo, la imagina recostada en su cama y con alguna distracción en mente. Ve sus ojos cafés, su marfileña piel, que por momentos torna rosada; imagina su cabello negro azabache; imagina sus labios, aquéllos carnosos labios rosados, que tantas veces ha mirado él, que tanto le gusta observar y que tanto daría por probarlos alguna vez. Entonces sería su cenit, su éxtasis, su playa....
Regresa a su sucio escritorio y sonríe para si, sabiendo que ésta noche volverá a soñar con ellos...
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